El confinamiento obligado por la pandemia del coronavirus ha provocado un cambio de paradigma social, sanitario y económico.
La paralización de la actividad que trajo consigo la declaración del estado de alarma, con el fin de minimizar el máximo de contagios, hizo que las empresas centraran sus esfuerzos en facilitar y optimizar los procesos para que, en la medida de lo posible, se adaptara el teletrabajo a la mayoría de sus empleados.
Una vez se levante el estado de alarma, y de una manera ordenada y escalonada deberemos tener preparado el proceso de reincorporación al trabajo que debe realizarse garantizando la seguridad y la salud de las personas trabajadoras. Por ello, las empresas están trabajando para adaptar los centros de trabajo, garantizando la seguridad de sus trabajadores.
Se deberán de tener habilitados los espacios y seguramente se tendrán que definir nuevos espacios donde incorporaremos el distanciamiento social, tal y como sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para el regreso a la actividad, se está trabajando en:
Diseño y planificación de los espacios de trabajo
Asesores, consultores y expertos están trabajando en el diseño de nuevos protocolos de atención al cliente y procesos internos de las compañías que incluyen:
- Distancias de seguridad entre trabajadores y, también, con los clientes.
- Medidas sanitarias básicas.
- Uso de Equipos de Protección Individual (EPI) siempre que sea necesario.
Asimismo, no hay que olvidar que, tras más de 2 meses de teletrabajo, este seguirá muy presente en las nuevas formas de trabajar. Muchas compañías han podido comprobar que en algunas circunstancias es posible combinar el trabajo desde casa con el trabajo presencial en las oficinas.
Sostenibilidad y salud
Además, la vuelta al trabajo, después de estas semanas de excepcionalidad, estará marcado por nuevas necesidades de las empresas y sus trabajadores.
En un reciente encuentro digital de Wires, asociación que reúne mujeres directivas del sector inmobiliario, los expertos advertían de la importancia que tendrá la salud del trabajador a partir de ahora para los inversores y propietarios de edificios de oficinas.
Los inmuebles sostenibles no sólo deberán de respetar el medio ambiente, sino también garantizar la salubridad de sus usuarios con:
- Uso de mamparas.
- Materiales más sencillos de higienizar.
- Espacios amplios y bien ventilados, para una buena calidad del aire.
- Revisión del uso de zonas comunes: ascensores, aseos, office, …
Este es el caso, por ejemplo, de los edificios con Certificación WELL: aquellos que se centran exclusivamente en la salud y el confort de los usuarios. Y cuyos beneficios, además de los medioambientales, favorecen a un mejor ambiente de trabajo y mayor productividad.
Auge de las Oficinas flexibles y Co-working
Finalmente, tras la crisis del Covid-19 es posible que nos encontremos ante un auge en la contratación de oficinas flex.
Las empresas pueden ver los espacios de trabajo flexibles y de co-working como una buena alternativa que les permita diversificar el riesgo y poder tomar decisiones con más agilidad:
- Contratos mes a mes,
- Posibilidad de ampliar y reducir los m² contratados,
- Y variabilización de los costes fijos, entre otros.
Para el regreso al trabajo, todas las empresas deberán tener elaborado un plan de contingencia o protocolo general de seguridad y salud que deberá detallar las medidas que se van a adoptar para impedir al máximo los contagios del COVID-19 a las personas trabajadoras.
Aunque muchas empresas seguirán abogando por continuar con el teletrabajo, porque reduce el riesgo de contagio y facilita la conciliación familiar.